- octubre 15, 2025
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Cables submarinos: Google extiende el Humboldt hasta Chile y conecta con Oceanía
Cuando hablamos de internet global, los cables submarinos son las arterias invisibles que transportan datos entre continentes. En 2025, Chile…

Cuando hablamos de internet global, los cables submarinos son las arterias invisibles que transportan datos entre continentes. En 2025, Chile y Google firmaron un acuerdo histórico para construir el cable Humboldt, una conexión que por primera vez unirá directamente Sudamérica con Oceanía. La ruta partirá de Valparaíso, cruzará por la Polinesia Francesa y llegará a Sídney, con una longitud estimada de 14.800 kilómetros. Esta infraestructura no es menor: se convertirá en el primer enlace trans-Pacífico Sur de su tipo, cambiando la forma en que fluye la información digital en nuestra región.
El cable se inscribe dentro de la iniciativa South Pacific Connect de Google, que enlaza diferentes sistemas como Honomoana y Halaihai. Lo interesante es que Chile no será un simple espectador: el proyecto se canalizará a través de Humboldt Connect, una empresa conjunta con participación de 50 % de Google y 50 % del Estado chileno, mediante Desarrollo País. Con ello, el gobierno asegura un rol activo en la gestión y soberanía digital del proyecto.

Una inversión estratégica para Chile y la región
La inversión proyectada se sitúa entre 300 y 550 millones de dólares, de los cuales Chile comprometió alrededor de 25 millones. Aunque su aporte pueda parecer modesto, lo que importa es la posición estratégica que el país gana: por primera vez dejará de depender únicamente de cables que lo conectan hacia el norte, especialmente con Estados Unidos. Esto significa diversificar el flujo de datos y reducir la vulnerabilidad ante interrupciones.
En cuanto a capacidad, el Humboldt ofrecerá hasta 144 terabytes por segundo, con una vida útil de aproximadamente 25 años. Para quienes dependemos de plataformas en la nube, comercio electrónico o colaboración científica internacional, esto se traduce en conexiones más rápidas, menos saturación y mayores oportunidades de negocio digital.
Implicaciones para América Latina
El impacto no se limita a Chile. Países como Argentina, Paraguay o Brasil podrán conectarse mediante ramales, accediendo a esta infraestructura. En la práctica, la región tendrá menor latencia para comunicarse con Asia y Oceanía, lo cual abre nuevas posibilidades en áreas como investigación científica, servicios financieros, comercio digital y educación en línea.
Además, el Humboldt aporta redundancia: al contar con una ruta distinta a las del Atlántico y Norteamérica, se fortalece la resiliencia del internet latinoamericano. En otras palabras, menos riesgo de apagones digitales globales cuando un cable se corta accidentalmente en aguas lejanas.

Los retos detrás del proyecto
Como todo proyecto de infraestructura internacional, el Humboldt enfrenta varios desafíos. El trazado por el Pacífico Sur requiere estudios detallados de impacto ambiental y geológico para garantizar la seguridad de la instalación. También hay discusiones sobre la gobernanza del cable: quién fijará precios, cómo se gestionará el acceso para operadores externos y hasta qué punto Google tendrá control.
En paralelo, el contexto geopolítico añade tensión. En un escenario de competencia tecnológica entre Estados Unidos y China, este tipo de proyectos adquiere valor estratégico. El control de las autopistas digitales no es solo técnico: también es político y económico.
Datos clave en un vistazo
Elemento | Detalle |
Ruta principal | Valparaíso – Polinesia Francesa – Sídney |
Longitud | ~14.800 km |
Capacidad | 144 Tbps |
Inicio previsto de operaciones | Finales de 2026 o 2027 |
Vida útil | 25 años |
Inversión estimada | 300–550 millones USD |
Aporte de Chile | 25 millones USD |
Administración | Joint venture Humboldt Connect (Google + Estado chileno) |

Una voz desde la diplomacia
El canciller chileno Alberto van Klaveren lo resumió durante la firma del acuerdo:
“Este proyecto representa una expresión concreta del lugar de Chile en el siglo XXI: como un país abierto, confiable y plenamente comprometido con una inserción internacional activa”.
Esa frase refleja lo que significa este cable: más que una obra de ingeniería, una apuesta por posicionar a Chile y Latinoamérica en la economía digital global.
Conclusión
El cable Humboldt no es solo un proyecto tecnológico; es una estrategia para diversificar las conexiones globales de Sudamérica, reducir la dependencia de rutas tradicionales y abrir un canal directo hacia Asia y Oceanía. Para Latinoamérica, significa oportunidades de inversión, competitividad digital y mayor integración en el mapa tecnológico mundial.
En los próximos años, cuando descarguemos un archivo más rápido, participemos en un proyecto científico transoceánico o montemos un negocio digital desde la región, habrá un invisible hilo de fibra óptica tendido bajo el Pacífico que lo hará posible.